‘Un salto de fe’: Franklin Gómez Flores puede hacer historia como primer comisionado latino de Chatham
By VICTORIA JOHNSON
SILER CITY — Franklin Gómez Flores ha estado escalando obstáculos y rompiendo barreras desde que tenía 5 años.
Ahora, con 26 años, acaba de superar una barrera grande: está por convertirse en el primer comisionado latino del condado de Chatham después de derrotar al titular Andy Wilkie por solo 322 votos en las elecciones del martes pasado — un margen de 50.36% a 49.64%.
“Quiero brindarle a mi comunidad latina una voz en la junta del condado”, dijo. “Nunca hemos tenido una”.
Además de hacer historia en el condado de Chatham, Gómez Flores es también el primero de su familia en ser elegido para un cargo — otra cosa en una larga lista de primicias para él.
“Ninguno de los miembros de mi familia es político ni ha estado en el gobierno, así que yo sería el primero de mi familia en servir (en) el gobierno”, dijo Gómez Flores al News & Record. “Entonces, en esencia, soy un inmigrante de primera generación, un graduado universitario de primera generación y un futuro funcionario elegido de primera generación”.
Wilkie, quien fue designado a la junta en mayo de 2019 para cubrir el mandato restante del excomisionado Walter Petty, no ha dicho públicamente si solicitará un recuento. No ha respondido a numerosas solicitudes de comentarios del News & Record.
Cuando se le preguntó por qué pensaba que recibió más votos, Gómez Flores dijo que más votantes de Chatham deben haber preferido su plataforma.
“También (yo y Wilkie) reflejamos diferentes comunidades”, dijo. “Soy inmigrante; su familia ha estado aquí por generaciones. Yo soy más joven y él es mayor que yo. Muchas personas quieren ver lo que un latino puede aportar. Muchas personas también quieren que las generaciones más jóvenes participen y contribuyan a la sociedad”.
Gómez Flores nació en 1994 en Santa Lucía Cotzumalguapa, ubicada en el departamento de Escuintla, Guatemala.
Nació durante la Guerra Civil de Guatemala — la misma guerra civil, agregó, en la que habían nacido sus padres. De 1960 a 1996, las fuerzas guerrilleras de izquierda lucharon contra las fuerzas gubernamentales respaldadas por el ejército, matando a unas 200,000 personas y empobreciendo a numerosas otras. Poco después, él y su familia huyeron de la pobreza y la violencia de la posguerra.
Llegaron a Siler City en 1999.
“Me inscribieron casi de inmediato (en Siler City Elementary)”, dijo. “Ni siquiera tuve tiempo de adaptarme (a) cómo era la vida en Siler City”.
Sus primeros años fueron los más duros: tuvo que adaptarse a una comida diferente, un entorno diferente y un idioma diferente — todo mientras se acostumbraba a dejar a sus padres todos los días para ir a la escuela. Sin embargo, las cosas mejoraron gradualmente y la escuela comenzó a sentirse como un “espacio seguro”.
“Mientras crecía, comencé a ver más personas que se parecían a mí, más latinos, principalmente debido a las olas de inmigración durante ese período en Siler City”, dijo Gómez Flores. “Y así, comencé a darme cuenta de que no era el único que era inmigrante. Empecé a sentirme mucho más seguro o más cómodo en Siler City”.
Su familia invirtió en algunas propiedades de alquiler de Siler City y él comenzó a ayudar a su padre cuando tenía unos 7 años.
“Sabía que el dinero era un gran problema para mi familia”, dijo. “Y esa es la mentalidad que tienen muchos niños — al menos en Guatemala, donde nací — y estoy bastante seguro de que muchas otras naciones han experimentado cosas similares en las que los niños sienten la responsabilidad de ayudar a la familia con algunos ingresos”.
Ir a la escuela, hacer su tarea y ayudar a su familia. Esa era su vida cuando era más joven, dijo, y le dejaba muy poco tiempo libre.
“No tenía espacio para perder el tiempo en clase o en general”, dijo. “La tarea siempre fue una prioridad. La escuela siempre fue una prioridad. Ayudar a la familia siempre fue una prioridad”.
Eso incluyó guiar a su hermana, María Gómez Flores, quien dijo que él siempre la ayudaba con cualquier problema que tuviera, desde la escuela primaria hasta la universidad.
“Siempre ha sido un muy buen hermano mayor”, dijo, y luego agregó: “Siempre ha sido muy confiable, y eso es como veo que será en esta oficina — alguien confiable y dispuesto a escuchar las preocupaciones de la gente”.
Gómez Flores asistió a Chatham Middle School y luego a Jordan-Matthews High School, donde jugó fútbol para Los Jets y corrió atletismo durante los cuatro años. Alrededor de este tiempo, también se convirtió en ciudadano estadounidense.
“Y el mayor desafío para mí fue realmente navegar por el sistema educativo”, dijo. “Ninguno de mis padres se graduó de la universidad. Mi papá tiene un GED, y esa es la educación más alta entre mis dos padres”.
Por eso está agradecido por la Scholars’ Latino Initiative, que lo juntó con un mentor que lo guió a través del proceso de solicitar ingreso a la universidad. Valió la pena: en 2016, se graduó de UNC-Chapel Hill con una licenciatura en biología.
Gómez Flores originalmente no había planeado dedicarse a la política. Inicialmente, quería jugar fútbol profesionalmente, aunque, como dijo, no era “el jugador más hábil que existe”. Al entrar en la universidad, pensó que quería ser médico — y luego descubrió que realmente detestaba el sistema médico.
“Adopté un enfoque diferente y comencé a pensar más en las pólizas”, dijo. “Entonces, comencé a buscar en los Institutos Nacionales de Salud (NIH), Agencia de Protección Ambiental (EPA). Pero cuando me gradué, ese era un campo muy competitivo. La biología, las ciencias estaban muy saturadas en el mercado laboral”.
Entonces fue entonces cuando dio un salto de fe. En 2017, se postuló para un puesto general en la junta de comisionados de Siler City contra Cindy Bray y Louis P. Forrisi; Bray ganó y Gómez Flores recibió solo el 9.81% de la votación.
“Perdí, por supuesto”, dijo con una sonrisa. “Pero pude dar a conocer mi nombre y me invitaron a postularme para ser miembro de la Junta de Planificación del Condado de Chatham, y he estado en la junta de planificación probablemente desde hace un año y medio, un poco más. Y esa ha sido una experiencia muy humilde”.
El año pasado, decidió postularse nuevamente, pero esta vez como comisionado del condado que representa al Distrito 5. Incluye parte de Siler City, un municipio que Gómez Flores le dijo anteriormente al News & Record que no había tenido voz en la junta del condado en casi 20 años. La población hispana de Siler City — que representa casi la mitad de la ciudad — tampoco tenía una voz en la junta, agregó.
Pero algunos retos desafiaron su camino. Se le consideraba un candidato “no afiliado” y lo había sido desde que se registró para votar a los 18 años, pero la ley estatal requería que los candidatos no afiliados obtuvieran una cierta cantidad de firmas — en el caso de Gómez Flores, 2,148 — y presentaran una petición para la elección primaria para aparecer en la boleta de elección general.
Finalmente se registró como demócrata en diciembre.
“Pero no podría postularme con esa afiliación, porque se suponía que debía haber estado afiliado con el partido 90 días antes”, dijo. “Y ahí es donde me atraparon. En realidad, mi fecha límite para afiliarme al partido o cualquier partido era en algún momento de septiembre, y comencé a contemplar la idea de postularme en octubre, así que ya era tarde”.
Recibió la aprobación para presentar una petición y organizó su campaña a principios de enero — lo que no dejó mucho tiempo para obtener las firmas necesarias.
“Así que (tenía) alrededor de dos meses para obtener 2,000 firmas, 1,000 firmas por mes, y rápidamente supe que necesitaba ayuda”, dijo riendo. “Y aquí en Siler City, o en la parte occidental, todo está muy esparcido, las viviendas muy esparcidas. No hay una zona residencial realmente compacta o densa como la que tenemos en el noreste”.
Por eso centró gran parte de sus esfuerzos allí.
“Solo porque todo estaba tan cerca, ese fue el momento más factible para mí en cuanto a ser eficiente en el tiempo”, dijo. “En lugar de manejar de casa en casa a otra casa, simplemente podía caminar de casa en casa”.
María, su hermana, también se desempeñó como gerente de campaña. Ella lo ayudó a recorrer Chatham, especialmente Siler City, para recolectar firmas, aunque ella comentó que el esfuerzo “fue todo Franklin”.
“Deteníamos a las personas que conocíamos, simplemente hablábamos sobre (cómo) él está interesado en (correr), y sería de gran ayuda”, dijo. “Sé que éramos un poco tímidos al principio, cuando fuimos a un Walmart y empezamos a preguntarle a la gente que conocíamos, pero ya sabes, es algo que tenemos que superar, y Franklin hizo un buen trabajo para superar esa timidez inicial al principio y simplemente hablar con la mayor cantidad de gente posible”.
Al final, Gómez Flores obtuvo más firmas de las que necesitaba — más de 3,500 — y fue entonces cuando comenzó su campaña en serio. Hizo campaña en cuatro temas: garantizar una educación de calidad, crear viviendas más económicas, traer más empleos a Chatham y enfatizar la conciencia ecológica en el desarrollo condal.
Pero hay algo sobre todo que dijo que espera lograr antes del final de su mandato.
“Quiero que sea más fácil para las familias construir sus propias casas”, dijo, y agregó: “Definitivamente me encantaría tener más propietarios o compradores por primera vez en el condado de Chatham (y) facilitar que las familias pasen la herencia a sus hijos. Sí, creo que eso es muy importante para mí”.
También está bien posicionado para ello, dijo, ya que él y su familia trabajan en bienes raíces y están familiarizados con muchos obstáculos que enfrentan los compradores de vivienda por primera vez. Además, como parte de su propósito de dar voz a la población hispana de Chatham, también dijo que espera asegurar que su comunidad reciba la información necesaria a menudo cooptada por las barreras del idioma.
Algunos inmigrantes hispanohablantes no entienden cómo funciona el gobierno del condado, dijo; algunos provienen de áreas remotas donde el gobierno no tocó mucho sus vidas y otros nunca han tenido voz en la política.
“Realmente no saben que en el condado de Chatham tenemos procedimientos”, dijo. “Por ejemplo, tan simple como vender comida, tienes que conseguir un permiso, y si no tienes el permiso, te cierran. Algunas personas no entienden o no saben que existe un procedimiento. … Y luego su mentalidad es: ‘¿Por qué me estás cerrando?’”
Al enseñar e involucrar a los miembros de su comunidad, espera evitar mal entendimiento y proporcionar un puente entre el gobierno local y su comunidad. Eso, dijo María, es crucial porque la junta del condado “por fin” tendría a alguien que entendiera y pudiera escuchar a los residentes que quizás no hablen bien el inglés.
“Si se confirma … será alguien que es parte de la comunidad y, por lo tanto, conoce muchas de las preocupaciones y las preocupaciones que los latinos de la comunidad tienen que vivir”, ella dijo. “Será la oportunidad de amplificar las voces de la gente latina en Siler City y Chatham. Traerá esos temas a las mentes de otros comisionados y de otros funcionarios del gobierno local”.
Más que un camino para lograr objetivos políticos o representación, Gómez Flores dijo que su victoria también podría brindar esperanza.
“Es posible que incluso los inmigrantes tengan un impacto positivo en el gobierno, para cambiar la forma en que mucha gente ve a mi comunidad normalmente”, dijo, “… ya sea que digan que somos ladrones, violadores, asesinos, lo que sea. Creo que esta oportunidad se presenta a los miembros de mi comunidad para mostrar que podemos ser contribuyentes positivos para nuestra comunidad”.
Es posible que algunos no entiendan la importancia de involucrarse en el gobierno, dijo, mientras que otros pueden evitar postularse por temor a que nadie los apoye.
“Pero tienes que dar ese salto de fe”, agregó. “No soy una persona muy sociable. No soy una mariposa social. La política y yo, hablando con la gente, está completamente fuera de mi zona de confort, pero ahí está el crecimiento”.
Salga y aproveche el momento a pesar de su miedo — ese es el ejemplo que espera dar a su comunidad, especialmente a los jóvenes.
“Espero poder brindarles una imagen positiva o un modelo positivo a seguir que no tuve, que me hubiera gustado cuando era más joven, esa pequeña sensación de aliento o motivación”, dijo. “Espero brindar a las generaciones más jóvenes, independientemente de los antecedentes, (un sentido) como, ‘Oye, alguien de Siler City, o alguien que creció aquí, es capaz de hacer grandes cosas. Así que puedo’”.