Nuevo restaurante mexicano abre en Siler City
By VICTORIA JOHNSON
SILER CITY — En un pequeño edificio blanco que alguna vez albergó a Rojo Canela, un panadero abrió un nuevo restaurante mexicano — y lo hizo todo por capricho.
“Si me dices, ‘¿Por qué lo agarré?’ Pues es que ni yo sé la verdad. En serio”, dijo el dueño Bernardo Gallegos Rodríguez al News & Record con una risa. “ … Es algo que relativamente no sé cómo me metí en esto, la verdad, pero estamos tratando de sacar adelante a ver qué pasa”.
El restaurante, llamado San Marcos Taquería y Buffet, abrió oficialmente el mes pasado en 315 East Third Street aproximadamente dos meses y medio después de que cerrara su predecesor, Rojo Canela. Gallegos Rodríguez también es dueño de la Panadería y Pastelería Melanie en el centro de Siler City, así como otra panadería en Biscoe.
¿Y cómo llegó un panadero a abrir un restaurante? Es el resultado de la persistencia de un amigo y la propia voluntad del panadero de probar algo nuevo.
Gallegos Rodríguez solía comer en Rojo Canela y se hizo amigo de los dueños anteriores, quienes se acercaron a él para comprar el edificio. Dudó al principio.
“(Leo Davalos) ya tenía un año diciendo ahi que te lo doy, que te lo paso, que te lo vendo, y yo: ‘Hombre’”, dijo. “Y yo le decía, ‘¿Qué voy a hacer aquí? Yo no sé nada de comida. Yo no sé nada’. Y ahí siempre que venía, me decía y me decía que ándale, que te lo vendo a ti, que esto y que lo otro.”
Sin embargo, a pesar de sus reservas, Gallegos Rodríguez cedió poco después del cierre de Rojo Canela y decidió darle una oportunidad al negocio de los restaurantes.
“Cuando yo lo agarré, el primer plan era de rentarlo a alguien más, montárselo a alguien más, pero pues dije igual pues ya está ahí vamos a intentar un rato”, dijo él. “Dije si no podemos, lo rentamos a alguien más que tenga más experiencia”.
Con una risa, agregó, “Fue gracioso porque ¿qué está haciendo este hombre en un restaurante?”
A dentro, el edificio no ha cambiado mucho desde que cerró Rojo Canela. Gallegos Rodríguez quitó la chimenea, instaló una estación de buffet y pintó las paredes de un amarillo como el color de miel. También llevó un pedacito de su patria al nombrar el restaurante San Marcos en honor al festival más famoso de su ciudad natal en México.
“Se llama San Marcos porque del lugar donde yo soy está la Catedral San Marcos, que es una iglesia”, dijo. “Es la plaza San Marcos, que es como un jardín, y la Feria de San Marcos. Es la feria más grande de todo el país, es la más conocida. … Va gente de todo el mundo a esa feria”.
Gallegos Rodríguez proviene de Aguascalientes, México, donde cada primavera los residentes celebran la gran Feria Nacional de San Marcos. La feria comienza a finales de abril y dura unas tres o cuatro semanas.
El restaurante está lleno de referencias a la feria, desde la estatua del gallo que saluda a los clientes en la puerta hasta el Templo de San Marcos en la parte superior de cada menú. Más allá de los mariachis, los juegos y las charreadas, las peleas de gallos y las toreadas son algunas de las actividades más famosas de la feria.
Entre otros elementos del menú, el restaurante sirve tacos, quesadillas y carnitas, aunque Gallegos Rodríguez dijo que las empanadas son uno de los platos más populares de San Marcos, junto con la carne asada y los tacos.
“(Las empanadas) están fritas y llevan queso adentro y la carne que tú quieras — esteak, pollo, chicken, barbecue, carnitas, chorizo, barbacoa”, dijo. “Ya le metemos en uno lo que quieran, ya las adornamos con lechuga, tomate, aguacate, queso y sour cream”.
La gente también puede probar las aguas frescas del restaurante y los fines de semana, San Marcos ha estado sirviendo caldos, como menudo y caldo de res — lo que Gallegos Rodríguez describe como una tradición mexicana.
“Mucha gente tomamos o toman en fin de semana y al siguiente día vienen a comerse su caldito picosito”, dijo “Vienen, se toman su caldito y una que dos, tres cervecitas y ya se relajan. Es la costumbre que a lo mejor tenían los antepasados que tomas y al otro día te tomas un caldito y ya se te pasa lo borracho”.
Agregó con una risa, “Por eso se hacen los caldos los fines de semana”.
‘Para mucha gente es lo que quiere’
Pero abrir su restaurante no ha sido un viaje fácil, dijo Gallegos Rodríguez. El desastre golpeó por primera vez justo después de la apertura de San Marcos: dos cocineros que había contratado se fueron después de unos días, dejándolo a él y a otro trabajador para hacerse cargo de todo.
“Dije, ‘Bueno, yo no sabré, pero hay las cocineras que agarré’”, dijo. “No, se me fueron luego luego a los dos días. Algunos no quisieron trabajar. Nada más abrimos, una duró un día y la otra duró como 4 días y se fueron”.
Hasta ahora, el restaurante ha contado con el patrocinio tanto estadounidense como hispano — “un poquito más hispanidad”, dijo — y ha sido suficiente para cubrir los gastos del restaurante. Pero todavía ha sido un poco lento algunos días.
El restaurante está abierto de 10 a.m. a 9 p.m. todos los días.
“Hay veces que llega mucha gente a almorzar de 11 a 12 o de 11 a 1 y ya de ahí se muere”, dijo. “A veces ya no queda nada en la tarde, y a veces es al revés. … Como vamos empezando, mucha gente no nos conoce, entonces no tenemos una clientela ya establecida”.
También le preocupa lo que podría significar para su negocio la decisión de la junta de comisionados de Siler City de redirigir partes de Third Street, pero sigue adelante con planes para aumentar la oferta de San Marcos, especialmente un buffet.
Originalmente, dijo, ese era el plan desde el principio, incluso está a nombre del restaurante, pero no pudo hacerlo de inmediato, ya que abrir un buffet requería que metiera una aplicación separada de las inspecciones exigidas por el condado, especialmente durante una pandemia. Sin embargo, ahora que el número de casos de COVID ha disminuido y las vacunaciones están aumentando, Gallegos Rodríguez planea aplicar pronto.
“Para mucha gente es lo que quiere. Mucha gente no tiene tiempo de venir a esperar a que le cocine 10, 15 o 20 minutos, como los que trabajan, que ven que tienen media hora para su lonche, quieren llegar, servirse, comer y ese”, dijo. “Por esto lo estoy haciendo … sí yo creo que está pasando esto del COVID y primero Dios si me dan el permiso”.
Ahorita, Gallegos Rodríguez dijo que su mayor esperanza es que su restaurante sobreviva, y está haciendo todo lo posible para sacar adelante. Pero no se trata solo de construir un negocio exitoso, dijo; también se trata de crear más trabajos para la comunidad.
“Si ahorita que no hay ventas, que estamos empezando, tengo tres o cuatro trabajadores. Imagínate al llegar a subir. Hay trabajos para más personal”, dijo, y agregó: “Estaba platicando con una persona la otra vez, y me dice: ‘¿Para qué le das trabajo? Si tú lo puedes hacer.’ Pero le digo no, se trata realmente de repartir algo que te está tocando a ti. Y si tú puedes darle más gente, darle trabajo, pues hay que hacerlo.”