Crítica | Selena silenciada en serie de Netflix
By PATSY MONTESINOS
Para mí y para muchos otros, Selena Quintanilla siempre ha sido más que una superestrella; ella siempre será una representación esencial de la comunidad latina. Nos importa cómo el mundo recuerda su legado, y la nueva “Selena: la serie” de Netflix no la ilumina de la manera correcta.
La serie de dos partes no sólo blanquea a Selena, sino también su legado y quién era como persona.
La serie se anunció por primera vez en diciembre de 2018 con la familia de Selena como productores ejecutivos, junto con Rico Martinez y Jaime Dávila. Sigue su vida desde la infancia hasta su carrera histórica.
El ícono tejano saltó a la fama a pesar de pertenecer a un género dominado por hombres, pero en 1995 falleció trágicamente después de que el gerente de su club de fans le disparara.
Selena nos representó en los medios de comunicación cuando nadie más lo hizo en Estados Unidos, donde las personas latinas a menudo son retratadas como criminales. Les mostró a todos que las chicas de complexión morena podían ser más.
Saliendo adelante a pesar de no tener nada, se convirtió en la primera mexicoamericana en ganarse el corazón de la gente de ambos lados de la frontera, dándonos la esperanza de que sí podemos pertenecer a ambos países.
Nada me había sonado más cierto que cuando Edward James Olmos, quien interpreta al padre de Selena en la película “Selena” de 1997, dijo: “Tenemos que ser más estadounidenses que los estadounidenses y más mexicanos que los mexicanos”. Pero Selena pudo ganarse el corazón de la gente en México a pesar de no hablar español perfectamente.
Crecí admirando su impacto en ambos países. Hoy, un retrato de las fotos de Selena cuelga en mi sala; su disco edición limitada está en la mesa junto a mi cama, su colección de cosméticos MAC junto al resto de mi maquillaje, y muchas prendas de vestir adornadas con su rostro cuelgan en mi armario.
Nunca he sido alguien que esté obsesionada con las celebridades o que las ponga en un pedestal, pero Selena es diferente. Ella no solo es del mismo país que yo, también me hizo creer que ser yo era suficiente para lograr cualquier cosa, que ser mexicana-estadounidense con rasgos indígenas y un cuerpo con curvas no era malo.
Cuando las latinas miramos la pantalla, nos vimos representadas por primera vez, pero este no fue el caso con la serie.
“Selena: la serie” eligió a Christian Serratos para interpretar a Selena, y aunque es una actriz increíble, no es adecuada para este papel específico. Ella enfoca y ??encarna todo lo que Selena no era. Serratos es una latina con una complexión blanca con rasgos eurocéntricos y muy delgada.
Selena era considerada hermosa en una época en la que el estándar de belleza era diferente al de hoy: conocida y aceptada por sus aros redondos, sus característicos labios rojos y su cuerpo con curvas incluso antes de que ese tipo de cuerpo se volviera común.
Pero no se trata solo de si ella se parece a la verdadera Selena, sino sobre que si ella encarna todo lo que Selena representa. En una sociedad en la que estamos acostumbrados a la programación latina blanqueada, esperaba más de Netflix.
La forma en que Serratos retrata a Selena no asienta y es más que simplemente no tener sincronización de labios en las canciones y las actuaciones. La serie pinta a una cantante tranquila y de tono bajo a quien apenas llegamos a ver. Ella es tímida en el fondo sin voz ni opiniones reales.
¿Cómo puede alguien ser un personaje de apoyo en su propio programa?
El programa modela a una hija mexicana perfecta. Diciendo que sí, sonriendo, cantando, sin ofrecer nada más. Obediente haciendo lo que su padre le ordena, empujando aún más la cultura del machismo.
Esta es lo contrario de lo que era la verdadera Selena.
Ella era feroz con una personalidad vibrante. Llenaba toda la habitación de alegría cuando compartía su sorprendente risa. Su energía era elegante pero humilde atrayendo naturalmente a la gente. Esa es una de las principales razones por las que sigue siendo tan relevante y vital en la actualidad.
El programa no le hace justicia y, para ir más allá, el escenario, las pelucas y los atuendos parecen de muy bajo presupuesto para una serie sobre una superestrella conocida en todo el mundo.
Selena compartía su éxito y hablaba de él como si fuera nuestro también. Ella voló sobre todos los obstáculos en una industria dominada por hombres y la hizo completamente suya, abriendo puertas para la próxima generación de mujeres. Shakira, Jennifer Lopez e incluso la nativa de Texas Beyonce — quien en una entrevista dijo lo mucho que le significó conocer a Selena en un centro comercial antes de que ella fuera incluso “Beyonce” — todas admiran a Selena.
He leído muchos comentarios negativos de latinos diciéndoles a las latinas que estén contentas con la representación y dejen de quejarse, y honestamente, no me sorprende. Por supuesto que les gusta una serie que muestra a una hija obediente que solo salió adelante por su padre. Esto desacredita a la poderosa y hermosa humana que era Selena.
Creo que es hora de que reconozcamos el impacto de su padre, Abraham, y su hermano, AB Quintanilla. Ellos contribuyeron y fueron una gran parte de su éxito. Pero centrarse solo en ellos durante toda la serie y no reconocer su propio impacto en su carrera es inaceptable.
Sabiendo que su familia perdió a una hija, una hermana, una amiga y un ser querido, escribo esto con respeto. Quiero reconocer su dolor y resistencia. Pero después de años de controlar su imagen, creo que es hora de que dejen brillar a la verdadera Selena. La desafiante Selena que lanzó su propia boutique, salón y tienda de ropa. La que Chris Pérez, su esposo, describió en sus memorias, “A Selena con amor”, como “alegre y extrovertido”.
Netflix fracasa por completo en defender el legado de una de las pocas latinas conocida e importante. En una sociedad donde las personas latinas rara vez son otorgadas las oportunidad para contar su historia — especialmente una que trascendió fronteras — hacerlo bien importaba, y nos fallaron.