El Vínculo Hispano adquiere nueva coordinadora de defensa de derechos de trabajadores
By PATSY MONTESINOS
SILER CITY — La voluntaria más antigua del Vínculo Hispano, Elena González, acaba de convertirse en su empleada más nueva.
González, de 61 años y ex-asistente de nutrición en Siler City Elementary, comenzó el 26 de octubre como la nueva coordinadora de defensa de derechos de trabajadores del Vínculo Hispano, aunque su historia con la organización se remonta a 1999.
Además de su trabajo voluntario, es la cocinera oficial del Vínculo, pero dijo que no es por eso que obtuvo el puesto.
“Ellos saben que soy capaz de correr el programa y entregar buenos resultados”, dijo.
La directora ejecutiva, Ilana Dubester, dijo que está emocionada de darle la bienvenida a González a su equipo.
“Además de ser una de nuestras mejores y más antiguas voluntarias, también fue miembro de nuestra mesa directiva por 10 años”, dijo en un comunicado de prensa de Facebook.
Los deberes exactos de González aún se están desarrollando, pero se centrarán en ayudar a los trabajadores avícolas. Ella también está haciendo conexiones con otras organizaciones en el área para poder ayudar a los trabajadores hispanos que no trabajan en la industria avícola. Aunque asume más responsabilidades como empleada que como voluntaria, está preparada para el nuevo desafío.
“Yo tengo la gana de ayudar a mi comunidad”, ella dijo. “Las ganas de que realmente hayan cambios y ser parte de eso”.
Aunque González nació en México, emigró con su esposo a California desde Guatemala en 1986. Pero después de que la familia de su esposo les dijera que Siler City era “bonito” y una mejor opción económica, decidieron mudarse a la ciudad en 1999.
“Cuando yo vengo a Siler City es cuando menos me preocupo de salir y me empiezo a involucrar”, dijo González. “Fui al Vínculo Hispano porque necesitaba ayuda”.
Con el paso del tiempo, su trabajo voluntario se convirtió en una rutina y un vínculo con la comunidad en general. González comenzó a sumergirse en muchos grupos diferentes, siempre buscando alguna manera de marcar una diferencia. Cuando se encontró con la Coalición por la Paz Familiar — un grupo de sobrevivientes de violencia doméstica — y vio una necesidad, tomó la iniciativa.
“El grupo era como meterles el dedo en la herida”, dijo, “Y no se estaba como creciendo”.
Junto a María Pavón, coordinadora del programa de violencia doméstica, formaron Mujeres Mejorando el Futuro. González se convirtió en el presidente del grupo, que se centró en enseñar, transmitir diferentes pasatiempos y recaudar dinero para ayudar a cualquiera que lo necesitara. Cuando los miembros se mudaron a otros lugares y pasó el tiempo, el grupo se desintegró.
Más tarde, en 2010, trabajó como coordinadora de cáncer de mama en el condado de Chatham para El Pueblo, una organización sin fines lucrativos de Raleigh que busca forjar líderes jóvenes y adultos en la creciente comunidad latina del condado de Wake.
No importa adónde fue o con quién trabajó, su participación en el Vínculo Hispano siempre estuvo ahí.
“Yo tengo 20 años de colaborar con el Vínculo como cliente y como voluntaria. Pertenecí 10 años a la mesa directiva”, dijo González. “Siempre trabajé con el Vínculo pero esta es una nueva etapa”.
Cuando se le preguntó qué la motiva a estar tan presente en la comunidad, inmediatamente dijo: “mi mama”, con una sonrisa en su rostro. Cuando los niños de los pueblos vecinos no tenían una escuela cercana a la que asistir, la madre de González les permitía quedarse en su casa en Chiapas, México.
“Algunos papás pagaban pero otros no”, dijo González. “Mi mamá los dejaba ir a la escuela y les daba el uniforme y les dejaba comer ahí”.
Cuando era niña, González solía ayudar a su madre a cocinar. Ella recuerda que hacía tortillas para 20 a 30 personas todos los días. Ese fue el comienzo de su amor por la cocina.
Aunque se graduó como chef en su país de origen, su certificado dejó de ser válido cuando pisó suelo estadounidense. Pero siguiendo los pasos de su madre — quien terminó la escuela primaria a los 60 años — González se inscribió en CCCC cuando tenía 54.
“Ella terminó todos sus estudios y jalo a todos los adultos del barrio a que siguieran estudiando”, dijo.
Temerosa de no saber inglés, González volvió a pedir ayuda al Vínculo Hispano. Durante ese tiempo, Marcia Espínola Grimes fue la directora interina del Vínculo y acompañó a González a inscribirse en el programa “Organic Chef”.
Una vez inscrita, tuvo que trabajar el doble, traduciendo todo del inglés al español y viceversa. Un día estaba tan estresada que le envió un correo electrónico a su maestra, diciéndole que estaba lista para dejar sus estudios porque no quería retrasar el aprendizaje de sus compañeros de clase.
La maestra respondió en español, diciendo: “Te quiero ver hasta el último día de clases. Eres mi mejor alumna”.
A lo largo de su paso por CCCC, González aprendió a entender inglés y hoy poco a poco se va quitando el miedo a hablarlo en público. Oportunidades como estas no están disponibles para personas de su edad en su país de origen, por lo que no las da por sentado.
Además, González dijo que quiere seguir creciendo — y agregó: “Nunca es tarde”.
“Hay que seguirle buscando”, dijo. “Entonces realmente es un buen cambio que yo tenga la oportunidad de esta posición, de seguir creciendo y trabajando para mi comunidad”.