Fondo de emergencia del Ministerio Episcopal para Trabajadores de Campo ayuda a trabajadores agrícolas latinos
By VICTORIA JOHNSON
Los trabajadores agrícolas latinos de Chatham dañados por la pandemia pueden solicitar ayuda financiera de una agencia sin fines lucrativos en Dunn.
El Ministerio Episcopal para Trabajadores de Campo otra vez ha empezado a aceptar solicitudes de ayuda de los trabajadores agrícolas latinos después de recaudar alrededor de $250,000 para su fondo de emergencia durante la pandemia.
En abril, el Ministerio Episcopal creó un fondo de emergencia para los trabajadores agrícolas devastados por la pandemia, un fondo que recaudó y distribuyó alrededor de $60,000. Hace más o menos tres semanas, el Ministerio abrió una segunda ronda después de recibir fondos adicionales, dijo Esmeralda Dominguez, promotora para el Programa de Ayuda para Desastres del Ministerio.
Hasta ahora, han aprobado fondos para unas 160 familias, un número que, según Domínguez, aumenta cada día.
“Mi teléfono no para de sonar”, dijo, agregando que su meta es ayudar a 500 familias adicionales.
Al principio, el fondo ayudó principalmente a los trabajadores agrícolas en el este de Carolina del Norte, pero ahora están haciendo correr la voz a otros condados y Domínguez dijo que ha comenzado a recibir llamadas de todo tipo de trabajadores agrícolas.
Los solicitantes calificados son trabajadores agrícolas que viven en Carolina del Norte y han perdido el trabajo debido a COVID-19 o han tenido problemas de salud causados ??por el virus. Quienes trabajan en el campo, granjas de animales, empacadoras, viveros y plantas procesadoras de carne califican. Solo una persona por hogar puede solicitar fondos.
“Estamos dando un poquito más de prioridad a las personas que no recibimos la ayuda del gobierno y personas que no tienen un estatus legal”, Dominguez dijo, “pero también las abrimos para todos.”
Otros solicitantes prioritarios son los trabajadores que han perdido ingresos considerables después de perder el trabajo, los trabajadores enfermos con COVID-19 en el hospital o en respiradores y los trabajadores que recibieron facturas médicas elevadas pero no tienen seguro médico.
Domínguez dijo que la mayoría de las familias ha calificado hasta ahora.
“Yo no doy las malas noticias”, dijo ella riendo. “Siempre las personas que me llaman reciben buenas noticias de mí.”
Para aplicar, los solicitantes calificados pueden llamar a Dominguez en (919) 815-9946. Al llamarla, Dominguez dijo que va a preguntar por la información básica, los nombres y números de teléfono de los contratistas o rancheros que los emplean, sus ingresos y como la pandemia les ha afectado.
“En el caso de que no le responda, es porque realmente tengo otra llamada, pero ellos me pueden enviar un mensaje de texto con la palabra ‘ayuda’ y su nombre”, dijo. “De uno a dos días máximo, yo les estoy regresando la llamada”.
Una vez que las personas envían sus solicitudes, un comité externo las revisa. Según la directora ejecutiva Lariza Garzón, la decisión puede tardar de tres a cuatro semanas en llegar a la gente debido a la alta demanda. Los solicitantes exitosos reciben cheques de $500 que pueden usar como lo necesiten, ya sea para pagar biles, comprar alimentos o pagar gastos médicos.
“Son $500 que para muchas personas no es nada”, Dominguez dijo. “Para las personas que donaron no es nada, pero para ellos es una esperanza de vida. Para ellos esos $500 es mucho. Es una gran bendición”.
Muchos recipientes expresaron su agradecimiento al Ministerio, historias que el Ministerio recopiló y publicó en Facebook.
“Cuando recibí la llamada de que me iban a ayudar, no lo podía creer, pues nosotros no recibimos ayuda de ningún lado”, dijo un recipiente al Ministerio. “… Es raro que nos estén apoyando. Esta ayuda impacto mi vida pues gracias a ustedes podre pagar mi luz, que era un bill que me estaba quitando el sueño.”
El COVID-19 ha afectado de manera desproporcionada a la comunidad hispana en casi todas las áreas, dijo Domínguez, y no solo en la cantidad de casos que se originan en su comunidad. Los trabajadores agrícolas son trabajadores “esenciales” que seguían trabajando incluso bajo la orden de “quedarse en casa” en Carolina del Norte porque cumplen tareas esenciales, como mantener el suministro de alimentos.
Muchos de estos trabajadores son inmigrantes latinos, dijo Domínguez, especialmente trabajadores agrícolas. Más del 90% de los trabajadores agrícolas en Carolina del Norte son hispanohablantes que, según Domínguez, trabajan muchas horas en condiciones peligrosas por poco dinero. Según el Instituto de Trabajadores Agrícolas de Carolina del Norte, el ingreso anual promedio de un trabajador agrícola en todo el país es de alrededor de $11,000 y alrededor de $16,000 para una familia de cuatro.
“Nosotros de hispanos no tenemos ahorros”, Dominguez dijo. “Lamentablemente los sueldos, ni a $10 llegan. Entonces ¿cómo nos vamos a preparar para una pandemia, si nosotros no tenemos ni el dinero guardado, ganan muy poco y muy apenas sacan para sobrevivir?”
Muchos no calificaron para la ayuda gubernamental por coronavirus, como los cheques de estímulo, ya que son indocumentados, dijo ella, y otros tienen que trabajar los siete días de la semana para alimentar a sus familias y pagar sus biles. Es por eso que quedarse en casa o enfermarse amenaza sus capacidad de sustentar a sus familias, Dominguez explicó.
“Siento que el COVID a la hora de contagiar, contagia a cualquiera, pero a la hora de recibir las ayudas, de recibir todo, nos hacen mucho de menos”, dijo y agregó, “Estamos muy afectados. Estamos muy dañados”.
Trabajadores agrícolas interesados en solicitar fondos del Ministerio Episcopal pueden llamar a Dominguez a (919) 815-9946. El Ministerio todavía está aceptando donaciones. La gente interesada puede contactar a la directora ejecutiva Lariza Garzón para más información.